Las chicas, de Emma Cline



¡Hola, chic@s! Todos, por desgracia, conocemos la figura de Charles Manson y la de sus seguidores, aquellos conocidos como La Familia. Sabemos quién es el primero, pero en cambio no tenemos mucha información de sus incondicionales, en especial de esas mujeres que bebieron los vientos por él y que hicieron todo lo que éste quería, y eso incluía también asesinar. Pues bien, hoy os traigo mi reseña de Las chicas, el debut de Emma Cline, una novela inspirada en los famosos asesinatos del clan Manson, pero aquí su figura queda en un segundo plano para dar paso a esas chicas que fueron consideradas sus más fervientes discípulas.


Las chicas se divide en dos líneas temporales que se van intercalando. Por un lado, viajamos a la época de los sesenta para conocer a Evie, una adolescente un tanto insegura que intenta encontrar su lugar en el mundo; y por otro, viajamos a la actualidad para conocer a la Evie adulta. Esta última versión nos indica que algo ocurrió en su pasado, y que este suceso marcó su vida. Todos sabemos de qué está hablando y por eso seguimos leyendo porque queremos llegar a ese momento que todos nos sabemos de memoria, pero aun así no podemos evitar seguir sintiendo por él una cierta fascinación macabra.


La novela está narrada desde el punto de vista de Evie y gracias a esto podemos conocerla muy bien. A través de sus palabras podemos comprobar que es una chica bastante insegura, que necesita cariño y atención. Necesita la aprobación de los demás para sentirse bien, pero parece que todos los que la rodean no consiguen satisfacer sus necesidades. Sin embargo, esto cambia cuando conoce a Suzanne, una misteriosa chica unos años más mayor que ella por la que sentirá una gran fascinación y atracción, y gracias a ella conocerá a otras chicas que viven de manera libre en un rancho apartado y cuyo líder es Russell (alter ego de Manson), un hombre que consigue que todo el mundo caiga rendido a sus pies. Gracias a la narración de Evie vemos cómo es la vida en el rancho y como tanto las mujeres como los hombres que se encuentran en él obedecen a Russell sin rechistar en ningún momento. Nuestra protagonista decide quedarse también allí, pero no por Russell sino por Suzanne ya que siente hacia ella una extraña lealtad. Estas chicas despertaron cierta curiosidad en mí, pero a la vez sentí un poco de miedo porque percibí que estaban totalmente anuladas y cualquier cosa podía pasar. No tienen voluntad propia y son el ejemplo de lo que puede ocurrir cuando una persona que se encuentra en un momento vulnerable de su vida conoce a alguien manipulador y carismático, que no sólo consigue dominarla en todos los sentidos sino que también le borra cualquier noción con la realidad y puede hacer con ella lo que le dé la gana.

He leído algunas críticas sobre que la narración es un tanto lenta, y es cierto que la autora se toma su calma, en especial para construir y definir al personaje principal, pero es una prosa fascinante que te absorbe poco a poco y no puedes parar de leer. Sin embargo, si tengo que incluir algún punto negativo éste estaría centrado en su desenlace porque si os soy sincera me dejó bastante fría.

Es cierto que Las chicas tiene como telón de fondo y como gran reclamo el triste asesinato de Sharon Tate, y que inevitablemente le añade un punto inquietante y oscuro a la historia, pero esto se convierte en una excusa perfecta para traernos un relato de lo que significa crecer y madurar y sobre todo, nos da la oportunidad de conocer a esas mujeres que se escondían detrás de Manson. Unas mujeres que siempre han estado allí, pero que no conocíamos y que Cline nos trae para que les pongamos voz y les atribuyamos una personalidad. Por fin cobran vida y este interesante debut merece ser leído.

¡Hasta la próxima!


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Fotografías: Editorial Anagrama, W Magazine

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